miércoles, 21 de mayo de 2014

El dinosaurio se vistió de rosa, pero no es Barney




Súper estupendo:
A penas la vi en el doodle de GOOGLE, supe quién era: Mary Anning.
Te quiero


Mary Anning, de Lyme Regis, Inglaterra.

 
Una historia que se ha teñido de tintes románticos, que inició un 21 de mayo de 1799, en Lyme Regis,
y no terminó el 9 de marzo de 1847, cuando muere a los 47 años, por cáncer de mama.
Siempre me he preguntado por qué Barney es rosa (púrpura) y antropomórfico. Habría que preguntarle a la experta, a Mary Anning. Cómo le han podido hacer eso a la memoria del Tyransaurio Rex.

Mary Anning, paleontóloga, coleccionista y comerciante de fósiles inglesa, conocida en todo el mundo por los numerosos hallazgos que realizó en los lechos marinos del período Jurásico en Lyme Regis, donde vivía, contribuyendo a que se dieran cambios fundamentales, a principios del siglo XIX, en la manera de entender la vida prehistórica y la historia de la Tierra.
El ser mujer, provenir de la clase social baja y su religión anglicana protestante  fueron razones de peso por las que no pudo participar legalmente en la comunidad científica británica de la época y, además,  que no fueran citadas sus contribuciones a la paleontología.
De niña, acompañaba a su hermano y padre a recolectar fósiles que después vendían a los turistas que visitaban Lyme Regis atraídos por la proliferación de estos hallazgos. Cuando su padre muere a los 44 años, los deja en graves condiciones económicas y dependiendo en gran medida de la caridad de la iglesia. Es así como se afianza el negocio de venta de fósiles como el propio para que la familia pudiese ganarse el sustento.
Vienen a mi memoria todos esos niños que "trabajan" en los calles de mi ciudad o que acompañan a adultos mendigantes con el fin de despertar lástima. Pienso en los programas infantiles que he visto para educar a los niños en valores y aparece un fósil color rosa. Será que un programa como Barney hubiese podido ayudar a Mary en su difícil niñez, creo que no, según la crítica de Chava Willing Levy, http://www.chavawilliglevy.com/in_print-articles-bad_news_barney.php:
"What's so dangerous about Barney? In a word, denial: the refusal to recognize the existence of unpleasant realities. For along with his steady diet of giggles and unconditional love, Barney offers our children a one-dimensional world where everyone must be happy and everything must be resolved right away."
¿Cuántas Marys se camuflan aún en la más cruel pobreza, en pleno siglo XXI? Según datos suministrados por el DANE, el 80% de los padres que envían a sus hijos menores a trabajar lo hacen más por cuestiones culturales (los aleja de los vicios y los hace responsables) que por necesidades económicas; uno de cada diez niños trabaja y menos de la mitad recibe ingresos. Pero, las estadísticas para otro momento, porque quiero divulgar estas historias y compartirlas con los niños que viven en barrios a donde nunca ha llegado un telescopio. Entonces, continúo.
Aunque llegó a ser conocida en los círculos de geólogos del mundo, tuvo dificultades financieras durante la mayor parte de su vida ya que la venta de fósiles era una actividad popular en la época, pero tomada como una especie de pasatiempo propio de coleccionistas de objetos exóticos.
A todas estas problemáticas se agregaba su escasa educación formal, ya que en esa época las personas de pocos recursos, sin oportunidades educativas se veían abocadas a ganarse el sustento a temprana edad en labores hogareñas, como servicio doméstico o en oficios de taller, máximo como trabajadores de las fábricas que ya comenzaban su aparición en la inicial edad moderna. Una hermana de Mary murió a causa de las quemaduras que sufrió mientras trataba de atizar el fogón en la cocina.
Aprendió a leer en la iglesia durante los cultos de los domingos y los textos que la acompañaron durante su infancia fueron de carácter religioso; pero, ella se empecinó en superar esta limitación educativa y comenzó a buscar literatura relacionada con el tema de los fósiles y a leer vorazmente; tanto así que transcribía textos especializados que le prestaban sus compradores paleontólogos y los complementaba a manuscrito con observaciones y diseños propios de gran técnica y valor científico.
Da testimonio de esta capacidad autodidacta lo que escribió en su diario Lady Harriet Silvester quien visitó Lyme en 1824:
“… lo extraordinario de esta joven es que se ha familiarizado tanto con la ciencia que en el momento que encuentre algún hueso ya sabe a qué tribu pertenecen. Ella fija los huesos en un marco con cemento y luego hace los dibujos y grabados…  Ciertamente es un maravilloso ejemplo del favor divino —que esta pobre muchacha ignorante debe estar tan bendita, por la lectura y la aplicación ha llegado a ese grado de conocimiento como para estar habituada a escribir y hablar con los profesores y otros hombres inteligentes sobre el tema, y todos ellos reconocen que ella entiende más de esta ciencia que nadie en este reino.”
En 1839 escribió una carta para el Magazine of Natural History (que sólo publicó un extracto de la misma) con el fin de aclarar que el fósil del tiburón prehistórico Hybodus no correspondía a un nuevo género como se estaba afirmando entonces,  ya que ella había descubierto hacia algunos años la existencia de estos tiburones fósiles tanto con dientes rectos como de forma de gancho.  Este fue el único texto que alcanzó a publicar en toda su vida.
Dentro de los hallazgos están:
Invertebrados y restos fósiles
Ictiosauros
 
 
Delfín del jurárico
 
Peces fósiles y pterosaurio

 
Plesiosauros

 

 ¡Ups! Perdón, este no...


Retuétanos, este tampoco...


Su relación con paleontológos

Después de la muerte del padre, Mary y su hermano Joseph siguieron vendiendo su mercancía a los turistas que visitaban Lyme y así se fueron haciendo conocidos dentro de la comunidad científica cada vez más interesada en los fósiles. Esta actividad ayudó a estabilizar la economía familia. Pero, para Joseph este trabajo no era de su agrado ya que implicaba estar a la intemperie, en condiciones de humedad y ante los peligros de deslizamientos de las laderas donde estaban depositados la mayor cantidad de restos; es por esto que decide ingresar a trabajar a un taller de ebanistería y sólo esporádicamente acompañará a su hermana en este menester.
El  trabajo de desentrañarle los fósiles a la tierra era un poco peligroso, sobre todo en invierno cuando las lluvias deslizaban los terrenos y dejaban al descubierto nuevos fósiles. Fue así como su perro Tray, quien se convirtió en su única compañía por muchos años, murió en uno de esos accidentes.
La fuente de todos estos fósiles eran los acantilados costeros que rodeaban Lyme y que eran parte de una formación geológica conocida como Blue Lias. Esta formación consta de sucesivas capas alternas de caliza y pizarra, dispuestas como sedimentos en el lecho marino poco profundo a principios de lo que vendría a llamarse el período Jurásico, aproximadamente unos 210-195 millones de años atrás.
Las condiciones que rodeaban el trabajo de Mary eran difíciles y peligrosas, según lo relatado en un artículos de 1823 del Bristol Mirror:
"Esta perseverante mujer ha ido día sí día también durante años en busca de restos fósiles de importancia cada marea, durante varios kilómetros sobre los acantilados de Lyme, que arroja masas que son su objetivo inmediato, ya que sólo éstas contienen las valiosas reliquias de un mundo antiguo, que debe ser arrebatado en el momento de su caída, con el riesgo continuo de ser aplastadas por los fragmentos que caían de vez en cuando o ser destruidas por el flujo de la marea: a su esfuerzo debemos casi todos los excelentes especímenes de ictiosauro de las grandes colecciones..."
Tienda de Jurásica y experiencia en aumento




La paleontología se viste de rosa

En 1826, a los 27 años, había ahorrado suficiente dinero para comprar una casa grande con un ventanal a la calle y ahí fundó una tienda a la que llamó "Almacén de fósiles Anning". Varias personalidades científicas y coleccionistas la visitaron para comprar la mercancía: El geólogo William Featherstonhaugh, que adquirió fósiles para el recién inaugurado Liceo de Historia Natural de Nueva York en 1827; también, el Rey Federico Augusto II de Sajonia visitó su tienda en 1844 y compró un esqueleto de ictiosauro para su vasta colección de historia natural. La visitaban los geólogos Henry De La Beche quien la acompañaba muchas veces a los yacimientos y William Buckland quien daba clases de geología en Oxford. Y así, muchos otros: Conybeare, Richard Owen, Thomas Hawkins, Louis Agassiz, Elizabeth Philpot, Roderick Murchinson y su esposa Charlottte.




La amistad Charlotte Muchinson y Mary Anning
Hombres y mujeres se visten de rosa
 
"Decidieron que Charlotte se quedara en Lyme durante unas pocas semanas para «convertirse en una buena paleontóloga en la práctica, trabajando con la célebre Mary Anning de ese lugar [...]». Charlotte Murchison y Anning se convirtieron en amigas de toda la vida e intercambiaron numerosas cartas. Charlotte, que viajó mucho y conoció a muchos geólogos prominentes a través de su trabajo con su esposo, ayudó a construir a Anning una red de clientes en toda Europa, y Anning estuvo en la casa de la familia Murchison en su visita a Londres en 1829.
Entre los corresponsales de Anning se incluyen Charles Lyell, quien le escribió para pedirle opinión sobre cómo el mar estaba afectando a los acantilados costeros alrededor de Lyme, y Adam Sedgwick, que enseñó geología en la Cambridge (Charles Darwin siendo uno de sus alumnos) y que fue uno de los primeros clientes de Anning. Incluso Gideon Mantell, descubridor del dinosaurio Iguanodon, la visitó en su tienda." http://es.wikipedia.org/wiki/Mary_Anning
Los fósiles la aman y sus amigos geólogos también
En 1830, se presentó una crisis económica en Gran Bretaña y esto bajó la venta de fósiles y Anning volvió a tener dificultades financieras. El geólogo Henry de la Beche la ayudó realizando un encargo a Georg Scharf que consistía en hacer una impresión litográfica a partir de su pintura en acuarela Duria Antiquior, la cual retrata la vida en un Dorset prehistórico basado en gran medida en los fósiles Anning había encontrado. De la Beche vendió copias de los impresos a sus compañeros geólogos y otros amigos ricos y donó el dinero recaudado para ella. Esto alivió un poco las premuras económicas
 
William Buckland le consiguió una pensión anual a través de la Asociación Británica para el Avance de la Ciencia y del gobierno británico, como reconocimiento a sus muchas contribuciones a la geología.
Anning murió de cáncer de mama, a los 47 años de edad, en marzo de 1847. Tras su deceso, Henry de la Beche, quien era presidente de la Sociedad Geológica de Londres, escribió un panegírico que aparecería en una de las actas trimestrales de la Sociedad. Aunque tal honor sólo se le otorgaba a los miembros fallecidos, Mary fue la primera persona que los recibió sin pertenecer a la asociación y la primera mujer a quien fueron dedicados. Sólo hasta 1904, la Sociedad Geológica de Londres admitió entre sus miembros al género femenino. El panegírico comenzaba así:
“No puedo cerrar esta noticia de nuestras pérdidas por la muerte sin publicidad a la de alguien, que aunque no pertenecía incluso a las clases más acomodadas de la sociedad, tenía que ganarse su pan de cada día con su trabajo, sin embargo contribuyó con su talento e incansables investigaciones en no poca medida a nuestro conocimiento del gran Enalio-Saurios y otras formas de vida orgánica enterrada en las cercanías de Lyme Regis…”
Entintadas

En 1826 Mary Anning descubrió algo que parecía un depósito de tinta seca dentro de un fósil belemite. Muestra el hallazgo a su amiga Elizabeth Philpot, quien fue capaz de revivir la tinta mezclándola con agua y usándola para ilustrar algunos de sus propios dibujos de ictiosaurios. Posteriormente, otros artistas locales hicieron lo mismo con las otras cámaras de tinta que se fueron descubriendo.
Los hallazgos de Mary Anning se convirtieron en pieza clave para demostrar la extinción de las especies. Aunque ya Georges Cuvier había tratado este tema a finales de la década de 1790, analizando fósiles de mamíferos como mamuts. A principios de la década de 1820, se creía que los animales no se extinguieron en parte porque este evento supondría que la creación de Dios sería imperfecta; entonces, se pensaba que esos animales debían vivír en alguna zona inexplorada de la Tierra.
 
La paleontología surgió basándose en estos datos geológicos e históricos recientemente comprobados y fueron los fósiles los que permitieron la reconstrucción organismos extintos y los ambientes en los que vivieron. Pero, para el pensamiento de la época era difícil entender esta realidad que refutaba los textos sagrados de La Biblia y las ilustraciones fueron utilizadas como un metodología para que el común lograra adaptarse a la idea de cómo fue ese tiempo pasado.

Coprolito: un eufemismo para la palabra popo

 
Que hable la Sra. Caca, la importancia de hablar mierda


 
Silencio, la mierda está hablando
Las ilustraciones saltan a la escena, como los libros que deben ser presentados a los niños con dibujos para que sea más amena la lectura y más fluido el entendimiento. De la Beche fungió aquí como el ilustrador de este gran descubrimiento; se inspiró en las descripciones de la cadena alimenticia realizadas por William Buckland quien se basó en el análisis de coprolitos. El estudio de los excrementos, cuyo pionero fueron Buckland, probaría ser una útil herramienta para entender los ecosistemas antiguos.

Mi imaginación vuela, como siempre, a enlaces en el tiempo, pienso en Barney y Parque Jurásico. Veo a Sheryl Leach, Michael Crichton, Steven Spielberg y a Augusto Monterroso.  Traslado a estos personajes a la costa de Inglaterra, en los acantilados de Lymes y observo la expresión de sus rostros al percibir la presencia de una mujer que se agacha para recoger algo en la orilla del mar. Una historia para ser narrada a tres voces: la de un paleontólogo, una paleobotánica y un matemático experto en el teoría del caos.

 
Todo listo para el próximo best-seller que será un tecno-thriller... Y esto diría el storyboard:

“Dios crea a los dinosaurios, Dios destruye a los dinosaurios, Dios crea al hombre, el hombre mata a Dios, el hombre crea a los dinosaurios."

 -Alan Grant.
Personaje ficticio de la película Parque jurásico.
Sam Neill, interpretanda al Dr. Alan Grant, Jurasic Park

La banda musical sería ell antiguo trabalenguas, She sells sea shells on the sea shore (trad. literal: «Ella vende conchas en la orilla del mar»). Fue compuesto en 1908, más de medio siglo tras su muerte, por Terry Sullivan inspirado en la historia de su vida.

El texto original era:

She sells seashells on the seashore
The shells she sells are seashells, I'm sure

So if she sells seashells on the seashore
Then I'm sure she sells seashore shells.
 
 The End

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