EL VALOR PEDAGÓGICO Y CIENTÍFICO DEL ECLIPSE SOLAR DEL 8 DE
ABRIL
Colegio San José, Biblioteca Infantil Piloto del Caribe
(BIPC), Fundación Amigos de la Astronomía y Universidad del Atlántico
organizaron jornadas de observación y actividades pedagógicas y científicas.
Por: Vicky Chedrauy Romero
El pasado viernes 8 de abril, personal de los colegios, universidades y
público en general disfrutó de la observación del eclipse híbrido
anular/parcial de Sol, fenómeno astronómico bastante anunciado y poco común
dentro de la tipología de los eclipses solares pues sólo el 5% presenta las
características mencionadas. El eclipse comenzó a las 4 P.M., con un momento
máximo hacia las 5:15 de la tarde. El espectáculo en las playas de Turipaná fue
fantástico: En el poniente, el Sol en eclipse, dibujando una estela color
plata, sobre la superficie del mar.
Este eclipse fue propicio para que el público asistente
comprobara muchos conceptos astronómicos que en las clases de Geografía,
Física, Astrofísica y Ciencias Naturales se explican apoyándose en experiencias
indirectas. En esta oportunidad se pudo vivenciar que el aparente tránsito del
Sol, la Luna y los planetas en el cielo se conoce como eclíptica y que estos
cuerpos celestes describen órbitas en formas de elipsis. También, visualizar
como la Luna se nos presenta mayor en su perigeo, el punto orbital más cercano
y más pequeña en el apogeo, el punto orbital más lejano de nuestro planeta.
Después de esta experiencia, es inolvidable que los eclipses son el resultado
del movimiento de la Luna alrededor de la Tierra y suceden cuando un cuerpo
celeste pasa enfrente de otro, ocultándolo parcial o totalmente.
Para los observadores, fue fantástico verificar que un
eclipse de Sol ocurre cuando la Luna se interpone entre el Sol y la Tierra.
También, que los eclipses solares pueden ser totales, parciales o anulares,
según la proporción del Sol cubierta por el disco lunar. Los experimentos
sencillos emocionaron aún más a los niños, niñas y adultos: “Profesora, vea ese
edificio grande de allá, cierre un ojo; no deje de mirar el edificio. Ahora, coloque
su dedo delante del ojo abierto y vaya acercándolo ¡Eclipse de edificio!”.
Las matemáticas ayudaron para que los asistentes comprobaran
numéricamente ciertos datos: Dividir 1.391.980 Km., diámetro ecuatorial solar,
entre 400, para verificar el diámetro aproximado de la Luna. Esto para
descubrir que los eclipses de Sol son totales cuando la Luna está más cerca de
la Tierra y anulares cuando está lejos y que todo se debe a una coincidencia
extraordinaria: el Sol es 400 veces más grande que la Luna, pero nuestro
satélite está 400 veces más cerca de la Tierra que nuestra estrella, esto en
proporciones aparentes.
Trabajando en la Internet previamente, específicamente los
niños y jóvenes, consultaron que en un eclipse híbrido, una parte de su
trayectoria se observa como anular, mientras otras son totales. También, que en
muchos casos, como el que se presentaría en abril del 2005, el eclipse híbrido
iniciaría anular, cambiaría a parcial en la porción central de su recorrido y
terminaría siendo anular nuevamente al final. Lo que más motivó a las personas
fue el dato de que otro eclipse híbrido, pero de diferente tipo, sólo se
presentaría el 3 de noviembre de 2013. Ya estos jóvenes serán adultos afanados
que no tendrán tiempo para la ciencia ni para disfrutar de un atardecer.
Las personas que observaron el evento astronómico o las que
leyeron en la prensa acerca del mismo, tuvieron la posibilidad de recrear los
mitos y leyendas de los eclipse disfrutando de un encuentro de la literatura
con la ciencia. Las representaciones del teatro de sombras se abrirán
nuevamente en los primeros días de noviembre del 2013 para mostrar como los
chinos creían que un dragón o unos perros furiosos devoraban al Sol y que en
Tahití se imaginaban que la Luna y el Sol, en posición de eclipse, hacían el
amor y de allí nacían las estrellas.
Cómo se hizo la observación del eclipse
El público fue consciente del peligro que implicaba para la
vista la observación solar si no se tomaban las debidas precauciones.
Afortunadamente, fueron variadas las formas de disfrutar este espectáculo sin
afectar la visión temporal o permanentemente. Aunque el eclipse ya pasó, los
métodos de observación, que se describen a continuación, pueden servir
perfectamente para actividades pedagógicas en los colegios y las universidades
que trabajan el estudio del Sol a un nivel básico.
La técnica de la proyección, original de Castelli, fue la
favorita, por su sencillez, para los que tenían telescopios. Este método fue
utilizado, entre otros, por el astrónomo jesuita Christoph Scheiner, para el estudio de las manchas
solares. Se localiza el Sol con el telescopio, los binoculares o el espejo (sin
visualización directa) proyectando el haz
de luz solar sobre una hoja blanca.
Las proyecciones por agujero en cajas recordaron los
principios de la cámara fotográfica. Esta forma simple y segura de observación
del eclipse se logró proyectando la imagen del Sol sobre un trozo de papel
blanco. Se abrió un orificio a una caja; se pinchó en un pedazo de papel
metálico un pequeño agujero con la punta de un lápiz; se sujetó este papel
perforado sobre el orificio de la caja, se
dirigió el agujero hacia el Sol y
se proyectó el haz de luz hacia una cartulina blanca pegada al fondo contrario
del orificio. El agujero reveló una imagen pequeña e invertida del disco solar.
La mayoría del público prefirió la observación directa del
Sol, utilizando lentes para eclipse, hechos del mismo material que los filtros
solares para telescopios. Las ventajas fueron observación directa, bajo costo y
fácil adquisición en los diferentes almacenes fotográficos de la ciudad.
Importancia
científica de los eclipses
El ciclo de repetición de los eclipses, que dura 18 años y
10 días, fue descubierto por los caldeos mucho antes de la Era Cristiana; esto
les permitió predecir los eclipses. Los griegos bautizaron a este período como
Saros. Aristarco de Samos determinó por primera vez la distancia de la Tierra a
la Luna durante un eclipse total de Luna. Hiparco descubrió la precesión de los
equinoccios basándose en los eclipses lunares totales.
Posteriormente, Kepler propone medir la longitud geográfica
de un lugar sobre la tierra usando los eclipses de Luna. Hacia el siglo XVIII,
los astrónomos plantearon que los eclipses antiguos observados por chinos,
caldeos y árabes no coincidían con la duración del día actual puesto que las
mareas habían alargado el día 1,45 milisegundos cada siglo y en 20 siglos el
retardo acumulado era de 3 horas.
Durante el siglo XIX se produce un gran avance en
espectroscopia que permite descubrir el helio en el Sol y, en el siglo XX,
Einstein resuelve el enigma del excesivo avance del perihelio de Mercurio y la
curvatura de la luz cerca del Sol. Los eclipses del Sol confirman la Teoría de
la relatividad ¿Qué más podrán descubrir los que aún observan los eclipses?
Etimología de la palabra ECLIPSE
Hace 5.000 años, los sacerdotes caldeos conocían la
trayectoria de los astros a punto de predecir con precisión la fecha de los
eclipses, a los que atribuían un significado de desgracia y malos presagios.
Únicos conocedores de los secretos del cielo, estos primeros astrónomos se
valían de sus conocimientos para aumentar su poder e influencia atemorizando a
la población. Decían que "adivinaban" cuándo el Sol se ocultaría
detrás de la Luna y cuándo la Luna desaparecería del cielo, cubierta por la
sombra de la Tierra. No se sabe como los caldeos denominaron al fenómeno, pero
2.500 años después del auge de la civilización caldea, en los ejércitos de
Esparta y Atenas, se llamaba ekleipon a los desertores, palabra derivada de
eklipsis, que significaba abandono o desaparición. A medida que los griegos
avanzaron en el conocimiento de los astros, tomaron esta palabra para designar
la periódica "desaparición" del Sol y de la Luna.
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