El martes 10 de junio de 2014, vi el capítulo final de "Cosmos: Una Odisea espacio tiempo", presentada por Neil deGrasse Tyson. Recordé a Carl Sagan y a Jack Cousteau, dos divulgadores apasionantes de la ciencia, uno del Cosmos y el otro de la Oceanografía (profesión esta última que quise estudiar de adolescente y fue mi primera opción vocacional).
También, traje a la memoria a Desmond Morris, cuyo libro "El mono desnudo" leí aprendiendo a valorar mi humanidad y mi faceta animal. Otro, que me vino a la mente fue Isaac Asimov y sus cuentos de ciencia ficción. De este último autor, "Palabras en el mapa".
Mucho más tarde, casi en la actualidad, conocí a Martin Gardner y su remasterizada Alicia en el país de las maravillas y sus "¡Ajá! Paradojas que hacen pensar". Y cavilando precisamente que la lista de Wiki no presenta a ninguna mujer dentro de los reconocidos divulgadores científicos, resalto los que conozco y subrayo a los que les leí alguna de sus obras (tengo mi candidata, ya les diré quién es), comencemos por los caballeros, aunque de algunos es la primera vez que tengo conocimiento de su existencia:
Isaac Asimov (divulgación de la astronomía y otras disciplinas científicas)
David Attenborough (reportajes sobre naturaleza, como la
serie de televisión Planeta Viviente)
Jacob Bronowski (la serie de televisión/el libro El ascenso
del hombre)
Rachel Carson (el libro Primavera silenciosa)
Jacques-Yves Cousteau (oceanografía)
Brian Cox (física)
Paul Davies (física)
Richard Dawkins (biología; el libro El gen egoísta)
Gerald Durrell (zoología)
George Gamow (el libro Uno, dos, tres... infinito)
Martin Gardner (artículos de divulgación de las matemáticas)
Stephen Jay Gould (biología, evolución e historia de la
ciencia)
Neil deGrasse Tyson (astrofísica)
Brian Greene (física; libro El universo elegante)
Stephen Hawking (astrofísica; libro Breve historia del
tiempo y otros)
Michio Kaku (física)
Desmond Morris (antropología; libros El mono desnudo y El
zoo humano)
Yákov Perelmán (física, matemáticas y astronomía)
Steven Pinker (psicología)
James Randi (método científico y ciencia en general)
Félix Rodríguez de la Fuente (la serie de televisión El
hombre y la Tierra)
Carl Sagan (la serie de televisión/el libro Cosmos: Un viaje
personal)
James D. Watson (el libro La doble hélice)
Como les mencioné, en esta lista faltan los nombres de las damas que contribuyeron a la popularización de las ciencias; como ejemplo, presento el de una mujer que investigó acerca del tema de la sexualidad y publicó informes muy famosos, Share Hite. Esta sería, tanto en obra como en persona, mi candidata a divulgadora, por el efecto en el desarrollo de mis conocimientos y experiencia en la valoración física de ser parte del género femenino; sus informes contestaron a muchas preguntas que ni los adultos, ni el sistema educativo atinaban a responder libres de las aplastante simbologías que acompañan a palabras como pecado, sucio, perversión.
Creo que por la circunstancia de haber sido muy cuestionada, entonces se omite su aporte como divulgadora de la ciencia desde una temática inusitada. Con las lectura de sus famosos libros recibí la cátedra de educación sexual que en el Colegio se daba desde otra perspectiva (los valores y la ética en la expresión de la sexualidad, más integral, me pareció). Hite hizo parte de los estudios biológicos sobre sexo adelantados por
Masters y Johnson y por Alfred Kinsey.
Hasta hace poco me enteré de la obra de una mujer que debería ser el símbolo de la conciencia ecológica: Rachel Carson y su libro "La Primavera Silenciosa". Conocí su existencia cuando en GOOGLE se publicó un doodle que la homenajeaba. Bajé su libro por internet y está a la espera en estas vacaciones de verano.
Ayer, buscando frases célebres relacionadas con la Astronomía, me topé con este poema de un autor que desconocía, Herbé Burillier, divulgador francés. Dice así:
Una noche, una estrella cayó en el fondo de mi jardín.
La recogí en el
cuenco de mis manos y sentí su calor.
Fui a ver a los astrónomos
en sus grandes observatorios.
Me dijeron que se
trababa de un meteorito.
No podían
equivocarse, puesto que eran astrónomos.
Levanté la vista al
cielo. Estaba lleno de estrellas.
Nunca me había fijado en que había tantas.
Las había blancas,
rojas, naranjas, amarillas,
otras azuladas e incluso doradas.
El cielo es un
jardín que florece de noche,
cuando el
Sol se va a dormir a Occidente.
Sus flores son las estrellas
y su perfume es el
silencio con el que nos
embriagan.
Aquí las llamamos
rosas, acianos, jacintos, mimosas.
Allí, en el fondo de la noche,
tienen
nombres como Vega, Antares, Betelgeuse,
Rigel.
Conservan dentro de sí mismas la memoria de los hombres
y cobran vida en
las aventuras que cuentan
los poetas de tiempos antiguos.
Descubrí casualmente
este jardín de la noche
cuyas flores son las estrellas y cuyas calles son las constelaciones.
Un jardín que se extiende a través de las leyendas de los antiguos;
partamos en su
búsqueda…
Hervé Burillier
Personas así motivan a descubrir jardines escondidos, viveros estelares. No he podido encontrar en qué libro de Burillier aparece el texto anterior; pero, buscando acuciosamente, logré averiguar lo siguiente:
Nació en 1967 en Bourgogne. Apasionado por el teatro, se ha
dedicado a este arte y ha escrito dos piezas: "La centrale nucléaire" y "La chambre du ministre est au sous-sol". Es
propietario de una librería especializada en temas astronómicos en Vannes, Francia. Miembro de la Sociedad Astronómica Francesa y de la Asociación de
Observadores de estrellas Variables de Francia. Escribe la columna “Observando
el cielo” en L’Astronomie (publicación mensual de la Sociedad Astronómica Francesa) desde 1990.
Es autor de “Sitio
Celestial, Esplendor Celestial” y “Astronomía en tus manos: Guía Cambridge para
equipos y accesorios”, publicados por la imprenta de la Universidad de Cambridge
en el año 2000. También, textos como “Descubrir el cielo” y “Observar las
constelaciones a simple vista”. Una vida dedicada a la divulgación astronómica a través del arte, entre otras formas.
De este francés, voy a otro personaje de la misma nacionalidad de Burillier, de finales del siglo XIX y comienzos del XX, Camille Flammarion, gran divulgador, incluso se preocupó por dedicar una de sus obras al público femenino como lo podemos comprobar en "L' Astronomie de Dames", aunque aparezca un poco como sexista su intensión:
"La première idée qui m'est venue à l'esprit, lorsque
l'invitation m'a été adressée d'écrire une petite « Astronomie pour les dames
», a été plutôt défavorable à l'exécution de ce projet. Pourquoi « pour les
dames »? Est ce que le cerveau des dames et des demoiselles n'est pas fait
comme le notre? Est ce qu'elles nous sont inférieures?"
Le perdono esa duda de si los cerebros de las damas son inferiores a los de ellos, ya que al leer el texto no se percibe ningún rastro de machismo científico, por decirlo de forma algo burda.
Pero, ahora me pongo a pensar en Colombia y los divulgadores y creo que puedo mencionar a Germán Puerta Restrepo, economista y aficionado por la ciencia, específicamente de temas relacionados con la Astronomía. De sus libros he leído:
En Barranquilla y en el departamento del Atlántico, Colombia, cabe mencionar a Alfonso Hiram Redondo, quien tiene un programa en Uniautónoma Estéreo, en donde habla acerca del tema de la Astronomía. Fue coordinador del Planetario de Combarranquilla.
He intentado hacer algunos trabajos de divulgación científica, específicamente de la Astronomía y he publicado dos artículos en los periódicos locales El Heraldo (Barranquilla) y El Tiempo (Caribe).
Obviamente, estoy muy lejos de ingresar a una lista de famosos como los que abren esta entrada, ni lo pretendo; pero, es en las aulas escolares donde están los divulgadores de la ciencia anónimos, los que día a día tratan de poner al nivel de niños y jóvenes los últimos acontecimientos y noticias de todas las ramas del saber.
Considero que todos ellos son los brazos derechos e izquierdos de Sagan, Asimov, Chomski, Desmond Morris, Share Hite y una larga lista de celebridades de ese fantástico reallity que se llamaría "La Ciencia en envoltura de chocolate" o la ciencia en tu bolsillo o tal vez La Ciencia en tu cosmetiquera.
Mientras seguiré a la caza de canales de televisión como NatGeo y de programas al estilo de El líder de la manada (para entender con instinto científico a mi perro), La ciencia de lo absurdo (para no cometer atentados contra la Física y evitar partirme una pata), Muévete o mueres (con la intensión de hacerle el quite a la Ganchúa y de tomar decisiones científicas ante accidentes que pueden ser mortales), El futuro según Stephen Hawking (para vislumbrar otra forma de arte adivinatoria) y las Fieras del fútbol (para ver algo distinto del tan cacareado tema del que sí se habla horas y horas).Obviamente, estoy muy lejos de ingresar a una lista de famosos como los que abren esta entrada, ni lo pretendo; pero, es en las aulas escolares donde están los divulgadores de la ciencia anónimos, los que día a día tratan de poner al nivel de niños y jóvenes los últimos acontecimientos y noticias de todas las ramas del saber.
Considero que todos ellos son los brazos derechos e izquierdos de Sagan, Asimov, Chomski, Desmond Morris, Share Hite y una larga lista de celebridades de ese fantástico reallity que se llamaría "La Ciencia en envoltura de chocolate" o la ciencia en tu bolsillo o tal vez La Ciencia en tu cosmetiquera.
Y que lluevan muchas estrellas en el fondo de tu jardín y también en mi cocina.